Federica Mogherini sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Cada vez que celebramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, reconocemos el fracaso de nuestras sociedades. Con frecuencia, las mujeres y niñas son objetivo de actos violentos - en casa, en sus comunidades o en su lugar de trabajo - en todo el mundo. Nuestra Unión Europea no es una excepción: por el contrario, estamos presenciando una tendencia preocupante que pone en tela de juicio logros que solíamos dar por sentados. Las mujeres soportan un dolor enorme, y muy a menudo tienen que llevar ese peso solas. Pero la violencia contra la mujer es violencia contra toda la sociedad: toda la sociedad tiene que reaccionar, y los hombres primero.
Como responsables políticos, tenemos la grandísima responsabilidad de proteger a la mujer y concienciar sobre su vulnerabilidad: la Unión Europea ha presentado proyectos específicos en todo el mundo, incluido a través del nuevo Plan de Acción de la UE para 2016-2020, y también dentro de nuestras fronteras. Por ejemplo, apoyamos a mujeres jóvenes que dicen "no" al matrimonio forzado, y estamos trabajando con familias y líderes locales que renuncian a la mutilación genital femenina. Estamos ayudando a difundir el mensaje de que la violencia contra las mujeres es un signo de debilidad para los hombres, no de fuerza.
Porque esto es ante todo una lucha cultural que involucra a todos, en la que los medios de comunicación desempeñan un papel muy sensible. La complacencia no puede tener cabida en nuestras sociedades. Cada palabra debe ser escogida cuidadosamente cuando se trata de la violencia de género, y no debe haber otra palabra para describir a los perpetradores que aquella que los describe, "criminales". Los criminales que privan a las niñas y mujeres de su derecho a estudiar, a trabajar, a elegir su pareja o dejarla, delincuentes que los privan de su libertad.