#FieldVision | Misión de formación de la UE en Somalia: reforzar la defensa y la seguridad del país

Los somalíes son ingeniosos, inteligentes, curiosos y aprenden rápido. Pero los sentimientos y las percepciones se sustentan en una confianza mutua que hemos de conseguir para forjar una relación de colaboración con nuestro anfitrión. Somos un puente entre dos orillas, entre dos entornos culturales diferentes, entre dos países.

 

Somalia es una democracia endeble que apenas ha dejado atrás una dictadura de más de veinte años, una guerra civil y el apogeo del extremismo religioso. Las frágiles condiciones de seguridad causadas por un proceso electoral intrincado, difícil y complejo, las tensiones profundamente arraigadas entre los actores políticos y la amenaza inminente que supone Al Shabab influyen en la labor de la EUTM Somalia.

Desde 2010, la misión militar de la UE en Somalia (EUTM Somalia) contribuye a reforzar el Gobierno federal de Somalia y los organismos de defensa y seguridad del país impartiendo formación, tutoría y asesoramiento. La EUTM Somalia es una de las tres misiones y operaciones de la política común de seguridad y defensa (PCSD) de la UE activas en el Cuerno de África, junto con la operación naval EUNAVFOR Atalanta frente a las costas de Somalia y la misión civil EUCAP Somalia. En el marco de su mandato, la EUTM Somalia presta apoyo al desarrollo de las fuerzas armadas nacionales somalíes, en particular a las relaciones de mando y control (C2), a las estructuras generales y al concepto y las estructuras de logística.

El restablecimiento de las instituciones somalíes es un reto permanente, pero Somalia comienza a caminar por la senda de la reconstrucción del Estado. «El camino es arduo y está plagado de dificultades y obstáculos» —admite al general de brigada Roberto Viglietta, comandante de la fuerza de la EUTM Somalia, del ejército italiano— «pero, a pesar de los desafíos, Somalia celebró sus cuartas elecciones a la presidencia del Estado Federal el 15 de mayo de 2022».

«Es un logro importante», sobre todo si se tiene en cuenta la inestabilidad política de los Estados africanos circundantes donde, con bastante frecuencia, la política de poder y la violencia política protagonizan las pugnas por el control del poder. «Hoy Somalia se rige por el poder político» —subraya el general de brigada Roberto Viglietta— «y eso en sí ya es un avance, habida cuenta de los antecedentes de este país».

Las fuerzas nacionales de seguridad somalíes desempeñan un papel importante a la hora de garantizar la estabilidad y la paz en el país, y prestan apoyo adicional a las fuerzas de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS) para superar los retos y crear un entorno seguro y protegido en el país, «la condición sine qua non para cualquier posible éxito», subraya el general de brigada Roberto Viglietta.

Sin embargo, todavía quedan por superar retos importantes para que las fuerzas armadas somalíes lleguen a ser el agente de estabilidad que necesita el país. Aunque las fuerzas armadas del país se están ampliando, la visión que subyace a esta ampliación es frágil, pues se centra en las capacidades y el valor individuales y en el aumento del número de soldados y rifles en lugar de incidir en el desarrollo de elementos de apoyo, estructuras de mando y control y operaciones planificadas o basadas en inteligencia confirmada, que tienen más probabilidades de fomentar la estabilidad a largo plazo.

«El ejército de Somalia sigue siendo un mundo de héroes, más que de soldados» —admite al general de brigada Roberto Viglietta—. «Nuestra función, la función de la EUTM Somalia, es actuar como agente del cambio». Ello implica desarrollar las capacidades asesorando y formando desde el punto de vista estratégico a las autoridades somalíes adscritas a las instituciones de seguridad de la zona de Mogadiscio, y requiere asimismo capacidades específicas de tutoría, asesoramiento y formación. «Estamos ayudando a las autoridades somalíes a crear unas fuerzas armadas modernas que puedan proporcionar estabilidad y seguridad a su población. Para lograrlo se requieren formación y desarrollo de las capacidades, y las aptitudes adecuadas».

El teniente coronel Umberto Salvador es asesor del ejército italiano. Su labor consiste en proporcionar asesoramiento estratégico a sus homólogos somalíes. «Es una tarea difícil» —reconoce—, «pues tenemos que establecer el vínculo entre nuestras capacidades y las necesidades del público al que ofrecemos asesoramiento. Cuando asesoro a alguien, no solo he de tener en cuenta lo que puedo transmitir a esa persona, sino también su bagaje cultural, militar y religioso».

Al hablar con miembros del personal somalí, «uno percibe la voluntad que tienen de aprender y poner en práctica nuestros consejos, pero también la suspicacia latente contra el extranjero de una población que se está reponiendo de treinta años de guerra», explica Umberto Salvador. «La experiencia de asesorar al personal del Ministerio de Defensa me ha enseñado que los somalíes son ingeniosos, inteligentes, curiosos y aprenden rápido. Pero los sentimientos y las percepciones se sustentan en una confianza mutua que hemos de conseguir para forjar una relación de colaboración con nuestro anfitrión. Somos un puente entre dos orillas, entre dos entornos culturales diferentes, entre dos países». Ofrecer asesoramiento a los somalíes forma parte de la labor de la EUTM, «pero el futuro de los somalíes sigue estando plenamente en sus manos» destaca Umberto Salvador.

El mandato de la EUTM tiene un segundo elemento fundamental: la formación militar. La capitana Victoria Alejandre Terroba lleva más de cuatro meses formando a cadetes somalíes. «La misión que estamos llevando a cabo es vital para las fuerzas armadas nacionales somalíes», explica Victoria Alejandre, que reconoce que una buena preparación es fundamental para que las fuerzas armadas proporcionen estabilidad. No todos los cadetes cuentan con la misma educación o formación militar, lo que supone un reto para los formadores. «Los vemos llegar el primer día con poco o ningún conocimiento, pero cuando se van del centro de formación han adquirido sólidas nociones de los fundamentos en sus respectivos ámbitos, lo que les permite transmitir lo aprendido a otros miembros del personal de las fuerzas armadas», destaca la capitana Victoria Alejandre.

En algunos casos, los estudiantes no han recibido más que una somera formación militar; en otros, los cadetes carecen de competencias de lectura y escritura, o estas son muy limitadas. «Es ahí cuando los formadores han de hacer todo lo posible para que todos los cadetes entiendan las enseñanzas impartidas y los objetivos generales del curso», afirma Victoria Alejandre. La parte gratificante de la formación llega cuando los cadetes acaban el curso y alcanzan los principales objetivos, que varían considerablemente en función de la formación que hayan seguido: llegar a ser cabeza de pelotón, comandante de la compañía, analista de inteligencia o buscador de artefactos explosivos improvisados.

Anna Maria Puolakka, comandante del ejército finlandés, coincide en este aspecto y destaca los numerosos beneficios de la formación militar y la cooperación de la UE con Somalia. «Las personas con las que trabajo tienen una gran dedicación a su profesión y desean realmente mejorar las competencias y capacidades de las fuerzas armadas nacionales somalíes y de su personal», subraya Anna Maria Puolakka.

Una parte importante de la labor de Anna Maria Puolakka, mentora de profesión, es atender a las necesidades de las fuerzas armadas somalíes, ayudar a determinar el futuro de la formación y analizar, junto con el personal de formación de las fuerzas armadas somalíes, los medios para alcanzar los objetivos previstos de formación y educación. «Gran parte del trabajo realizado hoy dará frutos en los próximos años» —observa, y añade: — «la tutoría presta siempre especial atención a la cooperación, la colaboración y el establecimiento de vínculos, con el objetivo de apoyar y mejorar las competencias y capacidades de los socios. Para eso precisamente estamos aquí: para ayudar a nuestros socios somalíes a forjar un futuro por sí mismos y en su propio beneficio».