Lebanon/Middle East: Speech by High Representative/Vice-President Josep Borrell at the EP plenary on the escalation of violence

08.10.2024
Strasburg
EEAS Press Team

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Opening remarks 

Muchas gracias señor presidente.  

Señoras y señores diputados, honorables miembros de este parlamento, 

Como ayer estábamos hablando, se cumplió 1 año del conflicto que empezó en, y alrededor, de Gaza. Desde entonces la guerra ha continuado, y se ha extendido de una manera pluriforme.  

Ayer hablamos ya de la situación en Gaza. Si se acercan ustedes a la frontera de Rafah – cerrada, por cierto – podrán oír las explosiones en el otro lado. Podrán ver los almacenes llenos de donaciones que llegan de todas las partes del mundo y que no pueden entrar, porque son rechazadas por razones más bien fútiles, como, por ejemplo, que un saco de dormir de color verde no puede entrar o que una pequeña tijerita para cortar vendas tampoco, porque es una peligrosa arma.  

Eso es lo que ocurre en la frontera con Gaza. Pero desde entonces el conflicto se ha extendido en la región. Ahora está afectando al sur del Líbano – no puede separarse una cosa de otra. Todo empezó con Hezbolá, lanzando rockets contra las posiciones israelíes en el territorio ocupado del Golán. El mismo día 8 de octubre, inmediatamente después del 7, en solidaridad con Hamás. Después [han continuado] en territorio israelí, de una manera intensa que ha provocado 45 muertos y unos 70.000, según el ex ministro de defensa señor [Benny] Gantz, israelitas desplazados de sus casas y sus territorios.  

Ahora Israel está bombardeando intensamente el Líbano, después de una serie de continuos intercambios de disparos a lo largo de la línea azul, la Blue Line. Sus tropas han entrado en el territorio libanés. Los bombardeos son de una extraordinaria intensidad. Las cifras dicen que aproximadamente el 20% de la población del Líbano ha sido desplazada, y unos 150.000 han pasado a Siria. El número de víctimas civiles se calcula en torno a los 2.000. Los bombardeos en la ciudad no afectan solamente a los barrios chiítas, donde se supone que tiene Hezbolá sus infraestructuras, sino que afecta a partes muy centrales de la ciudad. 

Hemos condenado los ataques de Hezbolá contra Israel a lo largo de los últimos meses. Se desarrolló una mediación internacional, pilotada por Francia y Estados Unidos, para intentar parar la escalada y poner fin a esta extensión de la guerra. Hubo una propuesta de alto el fuego en la que participó la Unión Europea, junto con Francia, Estados Unidos y varios países árabes, pidiendo y reforzando [el cumplimiento de] la Resolución 1701, que, como saben, es vieja de 20 años, tiene 20 años de antigüedad y no ha sido todavía aplicada.  

El día 26 de septiembre, hicimos de nuevo los veintisiete Estados miembros una llamada al alto el fuego. Pensábamos que el gobierno de Netanyahu había formado parte de las negociaciones previas a esta llamada, originada en el G7, pero la realidad es que, desde entonces, la crisis ha aumentado y los bombardeos también.  

El Líbano es un país profundamente desestabilizado. Desestabilizado porque tiene dentro del Estado otro Estado, que es Hezbolá, con una enorme dependencia de Irán. En realidad, Hezbolá tiene un brazo civil – con miembros en el Gobierno del Líbano, con diputados que se sientan en su Parlamento – y una rama militar a la que consideramos una organización terrorista y en la que no tenemos contactos. Pero sí [tenemos contactos] con la rama – digamos - civil, que como les digo, tiene miembros en el Gobierno del Líbano y que representa a una minoría – no mayoritaria, pero una minoría – muy importante en la región.  

La situación del Líbano se deteriora. Cientos de miles de personas, les decía alrededor de 20% de la población del Líbano, ha sido desplazada. Los bombardeos han afectado las vías de comunicación con Siria. Los inmigrantes sirios, los exiliados sirios, están intentando volver a Siria para escapar de la situación en el Líbano – y eso no dejará de tener consecuencias para nosotros.  

La Unión Europea ha movilizado 40 millones [de euros] en ayuda humanitaria para ayudar a los que ha sufrido los acontecimientos de la última semana. Estamos coordinando con los Estados miembros una operación de tipo consular, para prever el retorno de nuestros nacionales. Hay unos 45.000 de ellos en el Líbano, pero no parece que en este momento haya mucha demanda para los repatriados, puesto que se ofrece más plazas de las que se demanda.  

Es evidente que sería fundamental alcanzar un alto el fuego por procedimientos diplomáticos. Es evidente que el Líbano tiene un problema político interno que deben resolver los propios libaneses. Su estado de debilidad institucional se prolonga durante décadas y son las élites de este país las que tienen una enorme responsabilidad.  

Desde la explosión del puerto de Beirut, cuando el presidente [de la Francia, Emmanuel] Macron fue al Líbano a señalar la responsabilidad de las élites políticas en salvar a su país, no mucho ha cambiado. Realmente la institución más fuerte y que vértebra el país, es su Ejército. Pero ese ejército tiene enormes debilidades, desde el punto de vista incluso de su capacidad financiera para pagar a sus soldados. Varios países extranjeros ayudan a la financiación de su tropa. Ciertamente, su capacidad militar no le permite ni contrapesar a la que tiene Hezbolá, ni mucho menos defender la integridad territorial de su país frente a una invasión o un ataque de su vecino, Israel.  

Hay 10.000 soldados de las tropas de UNIFIL [Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano] que, en este momento, están en sus búnkers porque obviamente, en medio de los intensos bombardeos sobre su zona, lo único que pueden hacer es tratar de autoprotegerse.  

Déjenme que insista en la idea que, sin un fuerte compromiso para una reforma política dentro de la sociedad libanesa – por los agentes políticos del Líbano – el Líbano no tiene solución. Nadie puede sustituirles en hacer lo que solo ellos pueden hacer. Es la clase política del Líbano la que tiene que tomar el control de ese país y dirigirlo. Para ello, creo que hay cuatro acciones imprescindibles en este momento.  

[En primer lugar,] la elección de un presidente de la República, que está parada desde hace más de 2 años. En mi reciente visita al Líbano me entrevisté con el presidente del Parlamento, el señor [Nabih] Berri, [y] con obviamente el primer ministro. Una elección que está parada porque, como saben, tiene que ser un cristiano maronita y no hay forma de conseguir votos suficientes para elegirlo. En esa particular estructura política del Líbano, donde cada alto cargo tiene que pertenecer a una de las colectividades religiosas en las que el Líbano se articula, tiene que ser un cristiano maronita – pero no existe forma alguna de elegir un presidente y por lo tanto el país está paralizado.  

Ahora parece que, frente a la enorme dificultad provocada por los bombardeos – de un lado y al otro de la frontera –, y, más recientemente, los intensos bombardeos en Beirut y la entrada de las tropas israelíes en su territorio, esa posibilidad – que hasta ahora no se ha podido realizar – pudiera ser [conseguida]. Esta es una cuestión fundamental. Un país que es incapaz de decir a su presidente de la República difícilmente puede abordar otras reformas.  

En segundo lugar, está el apoyo al Ejército libanés, que debe volver al sur del Líbano. Como le corresponde cualquier país y a cualquier Ejército de un país independiente, que es proteger su frontera. Hemos hecho compromisos financieros para ayudar a las fuerzas libanesas, a través de la European Peace Facility. Pero ciertamente, no es suficiente. Hay que hacer mucho más, suponiendo que haya un consenso ‘intralibanés’ para hacerlo.  

La Resolución 1701 constituye el marco legal para este redespliegue del ejército del Líbano, pero tiene que tener la capacidad para hacerlo. Esto no es posiblemente mientras no haya un impulso político previo.  

En tercer lugar, creo que hay que dar a UNIFIL un mandato más fuerte para asegurar la paz en la frontera. Una vez más, esto parece poco realista en las actuales circunstancias, pero todos sabemos lo que significa la ocupación del sur del Líbano. No es la primera vez que el Líbano es invadido por Israel.  

Israel ha invadido el Líbano 3 veces: en 1978, en 1982 al 2000 la segunda [invasión], en el 2006 [fue la tercera,] y ahora sería la cuarta.  

Hezbollá nació de la invasión de 1982, y ha evolucionado mucho, desde una primera fuerza de resistencia hasta una organización con enormes vínculos con Irán. Que, como he dicho, se ha convertido en un Estado dentro del Estado. Me parece que, si no se refuerzan las fuerzas de Naciones Unidas, será muy difícil reestructurar la región y evitar que el Líbano se convierta en una nueva Gaza – desde el punto de vista de la intensidad de la guerra que puede soportar.  

La cuarta línea de acción es proveer ayuda; ayuda material y humanitaria. El pueblo de Líbano está sufriendo enormemente. Imagínense, el 20% de la población desplazada. ¿Quién puede acoger al 20% de la población de un país? Más los intensos bombardeos, que se cifran en un número de muertos y heridos muy elevado. Las últimas cifras ya se las he mencionado, pero siguen aumentando.  

El presidente [Emmanuel] Macron, ha propuesto una conferencia humanitaria a este fin, y ciertamente habría que hacerlo. Eso permitiría el retorno de las poblaciones desplazadas en los dos lados de la frontera. Pero fíjense que en el lado de Israel hay unos 70.000 [desplazados, y] en el lado del Líbano hay aproximadamente 2 millones. La diferencia es notable.  

Tenemos problemas de emergencia, de seguridad, tenemos problemas de la construcción del Estado, tenemos problemas en ayuda masiva para reconstruir este Estado. La presidenta de la Comisión [europea, Ursula von der Leyen,] prometió el último mes de mayo 1.000 millones de euros para este fin. 

Habría que fijar un calendario al desembolso de estas cantidades porque a veces tenemos la costumbre de fijar cantidades sin darles una dimensión temporal. No es lo mismo [desembolsar] 1.000 millones al mes, 1.000 millones al año, 1.000 millones de una sola vez. ¿1.000 millones [desembolsados] cuándo? Deberíamos en la Unión Europea acostumbrarnos a fijar calendarios y cadencias de pago de las cantidades [a las] que [nos] comprometemos. En fin, está ese compromiso que debemos honorar. 

Este es el momento de la verdad para el Líbano y los libaneses. Ellos tienen que hacer frente a sus responsabilidades, la clase dirigente. Un movimiento político es urgente, empezando, como os decía, por un presidente electo y un gobierno en la plenitud de sus capacidades, porque el que tienen ahora es un gobierno interino.  

Yo estoy en permanente contacto con mi amigo el ministro de asuntos exteriores [Bou Habib]. Sé las enormes dificultades con las que se encuentran. Tenemos que ayudar a este país, tenemos aprovechar esta ocasión de debilidad de Hezbolá para reforzar las estructuras políticas en el Líbano. Tenemos que conseguir un alto el fuego en la región.  

Como les digo, Israel ha invadido el Líbano tres veces, esta sería la cuarta. Después de cada invasión hay que preguntarse si su seguridad ha aumentado, o si han sido victorias tácticas, pero derrotas estratégicas. Muchos en Israel piensan que estas acciones no han hecho a Israel más seguro. Por el contrario, han desestabilizado la frontera norte de Israel y dado lugar al nacimiento y el reforzamiento de Hezbolá.  

¿Otra intervención militar puede dar resultados diferentes? No lo sé. La historia demuestra que no hay soluciones militares a conflictos que están profundamente enraizados en las estructuras de una región como es el Oriente Medio – y [más aún] ante la debilidad institucional de un país.  

Eso es lo que nosotros tenemos que tener en cuenta a la hora de valorar nuestra acción. También es la hora de la verdad para nosotros, para saber si realmente somos capaces de ayudar al Líbano Pero sobre todo, y antes que nada, hay que poner a la clase política libanesa frente a sus responsabilidades. Sin ellas, ciertamente ningún país tiene solución. 

Muchas gracias. 

 

Link to the video: https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-261619

 

 

Closing remarks 

Señora presidenta, señoras y señores diputados, 

Este ha sido un debate largo, en el que se ha puesto de manifiesto posiciones muy encontradas sobre lo que está pasando en Oriente Medio. 

Hemos, o han, ustedes, vuelto a discutir la situación en Gaza. Que, obviamente, tiene un efecto desencadenante sobre lo que está pasando en el Líbano. [También sobre] lo que está pasando con los ataques de Irán a Israel, y lo que puede seguir desgraciadamente pasando si la escalada continúa.  

Es un efecto dominó. Los ataques de Hezbolá a Israel se producen como respuesta a la guerra en Gaza, y continúan. Israel responde. Irán responde. Israel responde [de nuevo]. Estamos a la espera de una escalada, que es lo que estamos tratando de intentar [evitar,] y la única solución es, como les decía al principio, interna: que las clases políticas del Líbano asuman su responsabilidad y aseguren la gobernanza del país y que, por otra parte, se consiga un alto el fuego que impida que siga esta guerra en el Líbano contra Hezbolá, sí, pero afectando dramáticamente a los ciudadanos del Líbano. Cuando el 20% de la población de un país se ha visto desplazada, evidentemente el país entra en una grave crisis; cuando su capital es bombardeada intensamente con proyectiles de altísimo calibre, el número de víctimas civiles aumenta. El Líbano está pidiendo ayuda a los hospitales de los países vecinos, en particular Jordania, y nosotros estamos también intentando ayudar. Del debate no se saca ninguna conclusión clara. He visto, una vez más, las posiciones encontradas de ayer con una escasa empatía hacia los sufrimientos de un lado o del otro, [aunque] más falta de empatía sin duda alguna hacia los sufrimientos del de los civiles en Gaza y ahora en el Líbano. 

Solo quisiera hacer una aclaración. El secretario general de las Naciones Unidas [António Guterres] nunca ha justificado los ataques de Hamás. El secretario general de las Naciones Unidas nunca ha dicho que apoyaba, defendía, o justificaba los ataques de Hamás. Decir eso es una gravísima acusación contra el que representa a una organización tan importante para la paz y la seguridad en el mundo, como son las Naciones Unidas.  

Explicar no es justificar. Se pueden buscar explicaciones a todos los actos humanos. Eso no quiere decir que se justifique. Por lo tanto, lamento mucho que en este Parlamento se lancen esta clase de acusaciones contra el secretario general. El Consejo [de la Unión Europea y yo mismo hemos sacado comunicados apoyando al secretario general de las Naciones Unidas, y agradeciéndole su trabajo. 

Tengo que lamentar que hoy en Tel Aviv se hayan aprobado las disposiciones legales que permiten considerar a UNRWA [la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo] como una organización terrorista y colocarla al margen de toda actividad en los territorios controlados por el estado de Israel. Eso es una muy mala noticia para muchas cosas en este conflicto. Señor [eurodiputado] [Jordan] Bardella, sigo esperando las pruebas que usted nos tiene que suministrar sobre el hecho de que nosotros – la Unión Europea – [supuestamente] financiamos a Hamás. Estoy seguro de que la señora presidenta estará muy interesada en conocerlas. 

 

Link to the video: https://audiovisual.ec.europa.eu/en/video/I-261621

Peter Stano
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