La mutilación genital femenina no solo afecta a las mujeres: es un problema que nos incumbe a todos
La mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos, la salud y la integridad de las niñas y las mujeres. Se trata de un problema universal, aunque se concentra principalmente en treinta países de África y Oriente Medio. Se practica también en algunos países de Asia y América Latina y persiste entre las poblaciones inmigrantes que viven en Europa Occidental, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. Se calcula que al menos 600 000 mujeres en Europa y 200 millones de mujeres en todo el mundo han sido víctimas de mutilación genital.
Si esa práctica continúa al ritmo actual, entre 2015 y 2030 serán mutiladas 68 millones de niñas en los 25 países donde se lleva a cabo de forma rutinaria y respecto de los que se dispone de datos. La lucha por la abolición de la mutilación genital femenina exige una labor coordinada y sistemática que implique a comunidades enteras y se centre en los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a las necesidades de las mujeres y las niñas que padecen las consecuencias de esta lacra.
La UE participa activamente en los esfuerzos internacionales por la eliminación de la mutilación genital femenina, defendiendo sus argumentos en los diálogos políticos y sobre derechos humanos con los países socios y las organizaciones regionales, así como con la sociedad civil y las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En apoyo de esta movilización política y esta labor de concienciación, la UE financia una serie de proyectos en todo el mundo que contribuyen a la eliminación de esta dañina práctica.
La UE lucha contra la mutilación genital femenina de diversas maneras y a través de su acción interior y exterior. Recurre, por ejemplo, a campañas de sensibilización, de defensa de una mejor protección jurídica y un mayor acceso a la ayuda para las víctimas, de progresiva consecución del cambio social, de desarrollo de capacidades de los profesionales y de diálogo con las supervivientes y los activistas locales. Esas medidas se basan en:
- los ámbitos prioritarios establecidos en la Comunicación «Hacia la eliminación de la mutilación genital femenina» desde el 25 de noviembre de 2013;
- la lucha contra las prácticas dañinas y la violencia de cualquier tipo contra las mujeres y las niñas;
- el Plan de Acción en materia de Género III para 2021-2025.
Poner fin a la mutilación genital femenina es una prioridad de la acción exterior de la UE y, como tal, figura en el Plan de Acción de la UE para los Derechos Humanos y la Democracia 2020-2024.
El Convenio de Estambul del Consejo de Europa define la mutilación genital femenina y reclama su tipificación como delito. Sus víctimas deben poder ampararse en las medidas de apoyo y protección del Convenio en aquellos Estados miembros que lo hayan ratificado.
A través de la Iniciativa Spotlight, la UE, las Naciones Unidas y otros socios colaboran para poner fin a la injusticia a escala mundial que representa la violencia contra las mujeres y las niñas. La UE seguirá apoyando a las supervivientes y a las familias y comunidades afectadas y trabajando con expertos, responsables políticos y ONG para alcanzar este objetivo, a cuya consecución deben contribuir tanto los hombres como las mujeres.
La historia de Margaret:
La Sra. Chepoteltel no fue consciente de que muchos de sus problemas de salud, incluidas las complicaciones en sus partos, estaban relacionados con la mutilación genital hasta que la Fundación para el Desarrollo de Uganda se puso en contacto con ella para invitarla a una reunión sobre ese tema. Ahora madre de dos hijas de 7 y 8 años de edad, afirma que jamás permitirá que eso les pase a ellas.
Margaret Chepoteltel, del distrito de Amudat, es una superviviente de la mutilación genital femenina que lucha por la abolición de esta práctica en Uganda. Foto: John Bosco Mukura/CDFU
«Proseguiré mi labor de sensibilización [hacia las comunidades, contra la mutilación genital femenina] y de testimonio contra esta práctica, incluso ante los hombres, porque sé los peligros que entraña [...] Si guardo silencio, nuestras hijas padecerán mucho dolor y sufrimiento... Seguiremos explicando a las madres, a los padres y las propias niñas los peligros de la mutilación genital femenina para disuadirlos de esa práctica. No nos rendiremos».
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