Es hora de poner fin a la guerra olvidada en Tigray

Blog del AR/VP - Desde hace casi dos años, la región de Tigray, en Etiopía, está sumida en una guerra atroz en la que se utilizan el hambre y la violencia sexual como armas, como han documentado Amnistía Internacional y Human Rights Watch en repetidas ocasiones. Ha llegado el momento de poner fin a este baño de sangre que afecta a toda la región del Cuerno de África. La UE hace un llamamiento a todas las partes para que entablen finalmente un diálogo y alcancen un compromiso.

«Ha llegado el momento de poner fin al baño de sangre en Tigray, un conflicto que afecta a todo el Cuerno de África».

: Hace unas semanas, Etiopía ocupó el segundo lugar en el campeonato mundial de atletismo. Entre los medallistas, muchos campeones de Tigray lucieron los colores de Etiopía, que siempre ha sido una nación multiétnica. Aprovechando la ocasión, algunos intentaron llamar la atención del mundo sobre el sufrimiento de su propio pueblo.

 

La presidenta de Etiopía, Sahle-Work Zewde, también denunció la violencia mortal que está desgarrando su país: «Hay un ganador en Etiopía. Es la Etiopía que conocemos y queremos. Sin embargo, Etiopía es también la tierra de la crueldad y de la destrucción. Es la tierra donde hemos sido testigos de una crueldad atroz". Tiene razón: la violencia étnica, las violaciones de los derechos humanos y del Derecho internacional humanitario son habituales. Y mientras persiste la retórica de paz de las partes en conflicto, todo sigue siendo un arma: el acceso a los alimentos, los medicamentos, la electricidad, los servicios de telecomunicaciones, el acceso a las cuentas bancarias...

Más de 13 millones de personas necesitan ayuda humanitaria

El Programa Mundial de Alimentos estima que más de trece millones de personas necesitan ayuda humanitaria en el norte de Etiopía (4,8 millones en Tigray; 1,2 en Afar; y más de 7 millones en Amhara). A pesar de algunos avances, el acceso a estas poblaciones, especialmente en Tigray, sigue siendo un problema importante. También lo es el acceso a combustibles y fertilizantes en un momento en el que Etiopía está sufriendo una de sus peores sequías. Otras regiones del país también sufren tensiones, mientras que diversos conflictos subnacionales y transfronterizos siguen empeorando la situación de la seguridad en el país y fuera de él. Las recientes infiltraciones de Al-Shabaab a través de la frontera oriental con Somalia ponen de manifiesto el peligro que representa una crisis prolongada.

 

«Un alto el fuego negociado, un acceso humanitario sin restricciones y la reanudación total de los servicios en Tigray, así como la rendición de cuentas por las atrocidades cometidas por todas las partes, son un requisito previo para reactivar nuestra asociación con las autoridades de Etiopía».

 

Estos son los hechos. Como se ha reiterado durante el último Consejo de Asuntos Exteriores, la UE ha dejado muy claras sus principales peticiones al Gobierno etíope desde el inicio de esta guerra: un alto el fuego negociado que incluya la retirada de las tropas eritreas, un acceso humanitario sin restricciones y la reanudación total de los servicios en Tigray, así como la rendición de cuentas por las atrocidades cometidas por todas las partes, son un requisito previo para reactivar nuestra asociación con Etiopía. A pesar de la tregua anunciada en marzo, de algunas mejoras sobre el terreno y de varios anuncios sobre el diálogo político, no se ha avanzado lo suficiente «para una plena normalización de nuestra relación», declararon los Estados miembros de la UE en nuestro último CAE.

La UE nunca ha dejado de apoyar a la población etíope

La UE ha suspendido su apoyo presupuestario al Gobierno etíope. Sin embargo, nunca ha dejado de apoyar a la población etíope. Justo antes del verano, anunciamos un paquete de unos 80 millones de euros para financiar programas en el ámbito de la salud y la educación, prestando especial atención a las zonas afectadas por el conflicto.

 

«La restauración de los servicios básicos y la libre circulación de personas, mercancías y servicios no pueden cuestionarse ni negociarse. Se espera que el Gobierno de Etiopía cumpla sin más demora sus obligaciones con el pueblo de Tigray y más allá».

 

 

Mi colega, el comisario Lenarcic, visitó Etiopía el pasado mes de junio Su declaración fue muy clara: la restauración de los servicios básicos y la libre circulación de personas, mercancías y servicios no pueden cuestionarse ni negociarse. Porque se trata de salvar vidas. Se espera que el Gobierno de Etiopía cumpla sin más demora sus obligaciones con el pueblo de Tigray y más allá. No se trata de aceptar condiciones previas por una parte para que comience el proceso político; se trata de respetar las obligaciones que un Gobierno tiene con respecto a su propio pueblo.

El 2 de agosto, las Naciones Unidas, la UE y los representantes especiales de los EE.UU. para el Cuerno de África viajaron juntos a Adís Abeba y Mekele para entrevistarse con las partes en conflicto y explorar formas de reanudar la prestación de servicios básicos y reconectar las redes eléctricas. Escucharon a las partes en conflicto hablar de paz, pero la guerra, una guerra silenciosa, continúa.

Ha llegado el momento de que las partes en conflicto muestren un compromiso real con la paz

Ahora ha llegado el momento de que estas partes en conflicto muestren una determinación real en su compromiso con la paz. Por el bien de sus ciudadanos. Por el bien de su país, cuya fragilidad plantea enormes riesgos para toda la región. Acordar la paz requiere valentía, más valentía que la continuación de la guerra, para entablar un diálogo y un compromiso. Si bien la restauración de los servicios y el levantamiento de todas las restricciones en Tigray son una clara condición indispensable, hay muchos otros caballos de batalla que deben negociarse. Necesitamos un firme liderazgo de la Unión Africana para tener éxito en este proceso con el firme apoyo de las Naciones Unidas, los Estados Unidos, la UE y otros socios afines.

Participar en un proceso de paz no consiste en que una parte gane y la otra pierda. Se trata de ejercer el liderazgo político en su sentido más profundo. Aunque solo haya una pequeña oportunidad, ahora es el momento: pedimos a todas las partes en conflicto que aprovechen esta oportunidad.