Los acontecimientos de Washington y su significado para Europa

10/01/2021 - Blog del AR/VP - Los acontecimientos que nos conmocionaron el pasado miércoles en Washington tienen que ser una llamada de atención para los defensores de la democracia en todo el mundo. Tenemos que intensificar la lucha contra la desinformación y las desigualdades y renovar la cooperación mundial para promover el Estado de Derecho y los valores democráticos.

 

 

Como todos los defensores de la democracia y amigos de los Estados Unidos en todo el mundo, asistí conmocionado a las escenas que presenciamos en Washington: una muchedumbre asaltaba el Capitolio para impedir la certificación de Joe Biden como presidente del país. Imágenes con un especial eco para mí pues me hicieron recordar cómo, hace cuarenta años, la joven democracia española se vio amenazada por el asalto al Congreso de los Diputados de un grupo de guardias civiles. Afortunadamente, la superación de esa amenaza en España dio paso a los mejores años de nuestra historia reciente.

Una sociedad americana dañada y dividida

Los desconcertantes acontecimientos del Capitolio el pasado miércoles muestran lo dañada y dividida que está la sociedad americana tras cuatro años de gobierno de Trump. Aunque no puedan compararse con el ataque al Congreso español en 1981 o con otros precedentes históricos similares —pues las fuerzas de seguridad, al igual que la casi totalidad del aparato estatal y de las instituciones democráticas de los Estados Unidos cumplieron sus obligaciones, como lo hicieron en las semanas anteriores, desde el 3 de noviembre—, no hay que subestimar la importancia de lo sucedido ni la catástrofe que se podría haber  desencadenado si el asunto se hubiera descontrolado aún más.

«Lo que vimos el miércoles fue solo la culminación de acontecimientos muy preocupantes que se han producido en todo el mundo en los últimos años. Debe servir de llamada de atención para todos los defensores de la democracia.»

 

Lo que vimos el miércoles fue solo la culminación de acontecimientos muy preocupantes que se han producido en todo el mundo en los últimos años. Debe servir de llamada de atención para todos los defensores de la democracia, para luchar contra el derrotismo y los ataques a los valores democráticos y superar las divisiones de nuestras sociedades. En todo el mundo, no solo en los Estados Unidos, hay líderes políticos, tanto en la oposición como, cada vez más, en el poder, dispuestos a socavar las instituciones democráticas.

Todo el mundo debe entender que, si aceptamos un retroceso tras otro, aunque parezcan menores, la democracia y sus valores e instituciones pueden peligrar e incluso, con el tiempo, desaparecer de manera irreversible. Para evitar este fatal destino, debemos hacer frente inmediatamente a todos los ataques a la independencia de las instituciones democráticas, a todos los desbordamientos demagógicos de líderes populistas, al discurso incendiario y de odio de los demagogos, a todas las campañas de desinformación y noticias falsas que alimentan y fomentan los enemigos de la democracia. Con el fin de reforzar nuestra capacidad para responder a estos retos, el pasado mes de diciembre adoptamos un nuevo Plan de Acción Europeo para la Democracia.

 

«Todos los ciudadanos del mundo deben entender que, si aceptamos un retroceso tras otro, la democracia y sus valores e instituciones pueden, con el tiempo, desaparecer de manera irreversible.»

 

Descontento y disfunciones de nuestras economías

Tenemos que reflexionar también, no obstante, sobre las causas profundas de la dinámica que alimenta dichas fuerzas. El preocupante éxito de los opositores a la democracia en todo el mundo también está relacionado con el hecho de que un número cada vez mayor de ciudadanos ya no se siente suficientemente protegido ni respetado.

Existen numerosas razones para ello, pero también está profundamente vinculado, a ambos lados del Atlántico, a las disfunciones de nuestras economías en las últimas décadas. El crecimiento significativo de las desigualdades en nuestras sociedades, la evasión fiscal y los paraísos fiscales, el debilitamiento de la capacidad de regular a las grandes empresas multinacionales, la desindustrialización y las tasas elevadas de desempleo son fenómenos que han contribuido, tanto en Europa como en los Estados Unidos, a debilitar la legitimidad de la democracia representativa, en particular entre quienes se encuentran en los niveles más bajos de ingresos y recursos.

 

«El crecimiento significativo de las desigualdades, la evasión fiscal y los paraísos fiscales, la desindustrialización y el elevado desempleo han debilitado la democracia representativa, tanto en Europa como en los Estados Unidos, especialmente entre quienes se encuentran en los niveles más bajos de ingresos y recursos.»

 

En Europa hemos empezado a actuar para invertir estas tendencias. Queremos proteger mejor a nuestras empresas y nuestros empleos controlando la inversión extranjera y exigiendo más reciprocidad en nuestras relaciones comerciales. Queremos, además, regular mejor la actividad de las grandes empresas multinacionales, en particular en el sector digital, y luchar más activamente por la justicia fiscal. Y con la iniciativa Next Generation Europe EU tenemos la intención de reforzar la solidaridad dentro de Europa ayudando a los países más afectados por la crisis actual. Por supuesto, todavía queda mucho camino por recorrer para abordar todas estas cuestiones, pero vamos por buen camino.

Desinformación, una amenaza real para la democracia

Por si alguien tuviera alguna duda, los acontecimientos de Washington también muestran que la desinformación constituye una amenaza real para las democracias. Como ha escrito recientemente (enlace externo) una de mis antiguas colaboradoras en el Ministerio de Asuntos Exteriores español, la democracia se basa en la presunción de que el libre intercambio de ideas y opiniones lleva a una comunidad política a adoptar las mejores decisiones colectivas. Si falla la información, también lo hace la democracia, como el motor de un automóvil que utiliza un combustible inapropiado.

A diferencia de la propaganda clásica, dirigida a influir en las ideas políticas, la desinformación no actúa sobre las convicciones, sino que trata de subvertir los hechos hasta que constituyan una realidad paralela. Ha tenido efectos tremendos en los Estados Unidos. Romper el consenso sobre los hechos y la realidad significa que los debates políticos no se refieren ya a las medidas que deben tomarse para resolver problemas reales, sino a qué es la realidad a la que hay que aplicar las políticas. Si algunas personas creen que una elección ha sido fraudulenta porque su líder se lo ha dicho una y otra vez, se comportarán en consecuencia.

 

«Tenemos que luchar más eficazmente contra la lacra de la desinformación y garantizar el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz».

 

La proliferación de desinformación que favorecen las redes sociales ha reforzado con fuerza las tendencias autoritarias y xenófobas en nuestras sociedades. Tenemos que luchar más eficazmente contra esta lacra y garantizar el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz. Debemos luchar, en particular, contra las campañas de desinformación apoyadas por regímenes autoritarios. El SEAE tiene una amplia experiencia en este ámbito y está intensificando aún más sus acciones contra la desinformación.

Tenemos también que poder regular mejor el contenido de las redes sociales, respetando escrupulosamente la libertad de expresión. No es posible que esta regulación se aplique principalmente con arreglo a normas y procedimientos establecidos por entidades privadas. El pasado mes de diciembre la Comisión Europea propuso la Ley de servicios digitales para resolver adecuadamente este problema.

La necesidad de remodelar la globalización

Otro reto importante al que nos enfrentamos para mantener unas sociedades y economías abiertas y democráticas es conseguir dar un nuevo rumbo a la globalización y reconstruir un sistema multilateral capaz de abordar las disfunciones que han debilitado las democracias en las últimas décadas. Dada la importancia que los regímenes nacionalistas y autoritarios han adquirido en la escena mundial, esta tarea no será fácil, pero es esencial para todos los que creen en la democracia y en su futuro. Este proyecto debe ocupar un lugar central en nuestra futura relación con la próxima administración de Biden. Y también hemos de estrechar lazos con otras democracias afines de todo el mundo. La UE se implicará plenamente en este empeño.

 

«Nuestro reto consiste en reforzar la fe que nuestras sociedades democráticas tienen en sí mismas para poder navegar por aguas turbulentas sin caer en tentaciones autocráticas».

 

En términos más generales, nuestro reto consiste en reforzar la fe que nuestras sociedades democráticas tienen en sí mismas para poder navegar por aguas turbulentas, sin escuchar los cantos de sirena de populistas irresponsables, que siempre encuentran a alguien a quien culpar y proponen soluciones simplistas, y sin caer en tentaciones autocráticas. Tenemos que trabajar en la renovación de nuestro contrato social en unos tiempos cambiantes y desarrollar narrativas colectivas más fuertes, capaces de poner en entredicho las doctrinas populistas.

La fortaleza de las instituciones estadounidenses

Volvamos a las horribles escenas del Capitolio: lo que allí vimos no es la América que conocemos e identificamos con los ideales de democracia y libertad. Creo en la fortaleza de las instituciones estadounidenses y confío en que la democracia estadounidense logre superar la dura prueba que está atravesando actualmente. Espero incluso que salga reforzada, por el bien de sus ciudadanos y el de todo el mundo.

 

 

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