Día Mundial de la Ayuda Humanitaria: no se entregan medallas, no se baten récords, nadie sube al podio, pero se salvan vidas

19.08.2021

El 19 de agosto rendimos homenaje a las personas que dedican su tiempo, esfuerzo y capacidades a los demás. Puede que los trabajadores humanitarios no sean deportistas olímpicos, pero a menudo arriesgan su vida para proteger a los demás en auténticos maratones de trabajo. No aspiran a conseguir el mejor tiempo, sino el resultado más eficaz. Portan la antorcha de la solidaridad y el altruismo. La UE rinde homenaje a todos los trabajadores humanitarios que salvan vidas y ayudan a los más vulnerables en épocas de crisis en todo el mundo. Su coraje, su voluntad y su determinación son una victoria colectiva.

© Mahmoud Fadel/IRC

Las catástrofes humanitarias se producen en todas partes del mundo. Incluso en aquellas zonas que parecen estables, la situación puede deteriorarse rápidamente en cualquier momento y poner en peligro a la población. Por motivos que van desde las catástrofes naturales hasta los acontecimientos políticos, cualquiera puede hacerse vulnerable de forma repentina. Cuando eso sucede, los trabajadores humanitarios están dispuestos a ayudar y a entregarse por las personas que se hallan más expuestas en todo el mundo.

La pandemia mundial ha supuesto nuevos obstáculos para las comunidades que ya eran vulnerables, lo que ha alejado la meta de la mejora de su calidad de vida. El apoyo y la dedicación de los trabajadores humanitarios han sido cruciales para asegurar que numerosas comunidades no se queden rezagadas.

En Yemen, el brote de COVID-19 amplificó la sensación de incertidumbre resultante del conflicto armado en curso. En el momento álgido del brote, en 2020, los hospitales empezaron a rechazar pacientes con la esperanza de reducir la propagación del virus. «Muchas mujeres no sabían dónde dar a luz ni cómo protegerse», explica la Dra. Bushra Al-Aghbari.

Woman posing next to a car with an open boot full of boxes and cans

Gracias a la financiación humanitaria de la UE, el Comité Internacional de Rescate (IRC) despliega unidades médicas móviles que permiten a Bushra ofrecer asistencia sanitaria reproductiva a las mujeres que se hallan en lugares aislados. © Mahmoud Fadel/IRC.

Esta doctora de 27 años asumió con valentía la tarea de gestionar ocho equipos sanitarios móviles financiados por la UE. Su personal sanitario presta un apoyo vital a las mujeres embarazadas y a los bebés en zonas donde, de otro modo, carecerían de acceso a la asistencia sanitaria. Su trabajo es una lucha continua contra las condiciones a las que se enfrentan las comunidades rurales, y su objetivo, proteger la vida de las mujeres y de sus bebés.

 

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En 2012, Rabe’a decidió hacerse enfermera. En aquel momento, mientras su barrio era bombardeado, Rabe’a se sintió paralizada al verse incapaz de ayudar a los heridos que caían a su alrededor. «En ese instante pensé en mis hijos y quise huir de la situación de que me fuera imposible ayudarles si les sucediera algo malo», dijo.

Rabe’a acaba de graduarse en la Escuela de Matronas y Enfermeras de Afrin y trabaja ahora en el Hospital de Al-Mahab, que cuenta con el apoyo de la Organización de Ayuda y Desarrollo de Siria y con la financiación de la Unión Europea. Ha engrosado las nutridas filas de los animosos trabajadores humanitarios que luchan por salvar vidas en una Siria devastada por la guerra.

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Martino Roberto Chiappa, voluntario del Cuerpo de Ayuda de la UE, colabora con su organización humanitaria de acogida en Mozambique para informar a las comunidades aisladas sobre las medidas que pueden prevenir el coronavirus y contribuir a su seguridad. © WeWorldGVC, 2020

Cuando la pandemia llegó a Italia, Martino se encontraba en Mozambique, trabajando como voluntario. Pensó en regresar a su país de origen para estar más cerca de su familia y sus amigos, pero cuando se dio cuenta de las implicaciones de la pandemia en su país de acogida, decidió quedarse allí y cumplir su misión de ayuda a los demás.

Consciente de la posibilidad de que la información oficial no llegase siempre a las regiones más remotas del país, Martino planificó actividades de divulgación y participó en ellas. Estar correctamente informadas es una condición esencial para que las comunidades se preparen mejor a la lucha contra la propagación del virus.

 

El contexto en el que vivimos también impone limitaciones derivadas del cambio climático, cuyas consecuencias no podemos pasar por alto. El creciente número de catástrofes naturales y las consiguientes presiones que ejercen sobre las sociedades abren heridas difíciles de cerrar. Este año, las Naciones Unidas celebran el Día Mundial de la Ayuda Humanitaria con el lanzamiento de la campaña #TheHumanRace (enlace externo). Con la colaboración de algunas de las figuras más importantes del deporte, la campaña anima al mundo entero a correr, caminar, nadar, remar o montar en bicicleta para salvar vidas y proteger el medio ambiente.

 

Además de enfrentarse a duras condiciones, los trabajadores ven cómo sus vidas peligran cuando trabajan sobre el terreno. En 2020, 108 trabajadores humanitarios perdieron la vida y 125 fueron secuestrados (enlace externo). En 2021, se han producido hasta la fecha 105 ataques graves contra trabajadores humanitarios.

«Condenamos estos ataques y exigimos que sus autores rindan cuentas. Salvar vidas nunca debe costar vidas: los trabajadores humanitarios no pueden ser un objetivo a abatir. Alabamos su valentía y dedicación y deseamos expresar nuestras condolencias a las familias, amigos y compañeros de quienes han perdido la vida ayudando a los demás», han manifestado el alto representante, Josep Borrell, y el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarčič en su Declaración conjunta con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.

En esa misma declaración, Josep Borrell y Janez Lenarčič instan a todas las partes implicadas en conflictos en todo el mundo a que «respeten el Derecho humanitario internacional y se abstengan de atentar contra los trabajadores humanitarios y civiles y contra las infraestructuras civiles. Subrayamos también la importancia de respetar y de suscribir plenamente los principios humanitarios internacionalmente reconocidos.»

 

La ayuda al prójimo no es un sprint: es una carrera de fondo que requiere los esfuerzos de miles de personas altruistas y valientes de todas las partes del mundo. Su denuedo no es recompensado al final con una medalla de oro, por lo que es importante reconocer su trabajo y agradecer a todos los trabajadores humanitarios y sanitarios que, gracias a su intervención, el mundo sea un lugar mejor.


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