Biden toma posesión: un nuevo comienzo para los EE.UU. y para las relaciones transatlánticas

22.01.2021

22/01/2020 - Blog del AR/VP - La toma de posesión de Joe Biden abre un nuevo y esperado capítulo en las relaciones entre la UE y los EE.UU. Como ha señalado el Presidente Biden, hay mucho que reparar y reconstruir, tanto en su país como fuera de él. Pero, ante todo, se inicia un periodo de esperanza. Desde la UE estamos dispuestos a revitalizar nuestra asociación, algo especialmente importante en un momento de cambio y turbulencias globales.

 

 

 

Como millones de personas en todo el mundo, seguí el discurso inaugural del presidente Biden. Como era de esperar, el presidente centró su discurso principalmente en cómo curar las heridas de una nación dividida, cómo volver a unir a los estadounidenses y hacer frente a la crisis pandémica mediante una mejor reconstrucción. Sin embargo, mirando más allá de América, también anunció que los Estados Unidos «iban a asumir su liderazgo, no solo con el ejemplo de nuestro poder, sino con el poder de nuestro ejemplo» y prometió «reparar nuestras alianzas y comprometernos de nuevo con el mundo».

 

«La asociación transatlántica ha conformado las relaciones internacionales y el orden mundial más que cualquier otra relación. Es nuestra relación más estratégica».

 

La UE está preparada para este cambio: tenemos una oportunidad única de volver a trabajar juntos para hacer frente a una serie de retos globales. Incluso durante las turbulencias y los desafíos del gobierno de Trump, siguió siendo válida esta verdad: la asociación transatlántica, que más que cualquier otra relación ha conformado las relaciones internacionales y el orden mundial, es nuestra relación más estratégica, ya que no solo es indispensable para la seguridad y la prosperidad en la zona transatlántica, sino también para mantener un orden mundial basado en la democracia, el Estado de Derecho y el multilateralismo.

Reactivar el multilateralismo («Making multilateralism great again»)

El presidente Biden subrayó que los Estados Unidos «serán un socio fuerte y fiable para la paz, el progreso y la seguridad». Europa quiere que vuelva a ser su socio más cercano en la escena mundial. La UE y los EE.UU. deben avanzar en la misma dirección para resolver el creciente número de conflictos y tensiones geopolíticas, definir normas y estándares comunes para el siglo XXI y trabajar en la configuración y consolidación del sistema multilateral. Espero poder trabajar con el Secretario de Estado Blinken, que ya ha anunciado una nueva era de cooperación internacional. Trabajaremos juntos para que el multilateralismo vuelva a ser lo que era.

Una asociación transatlántica reforzada es clave para el cambio global

He presentado, junto con la Comisión Europea, una «agenda UE-EE.UU. para el cambio global», que abarca cuatro grandes ámbitos: liderazgo ecológico, respuesta a la COVID-19 y salud mundial, comercio y tecnología, y acción y seguridad globales.

 

«El mundo necesita el liderazgo estadounidense y europeo en la lucha contra la pandemia de COVID-19 y en la configuración de la recuperación mundial».

 

En las próximas semanas y meses, los esfuerzos a ambos lados del Atlántico se centrarán en hacer frente a la pandemia de COVID-19 y en garantizar un avance sin titubeos hacia la recuperación mundial. El mundo necesita el liderazgo estadounidense y europeo en esta batalla y estoy muy satisfecho de que el presidente Biden haya firmado ya un decreto ejecutivo que anula la decisión de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de que los Estados Unidos hayan anunciado ayer su adhesión al programa Covax de la OMS para compartir vacunas. Esperamos poder trabajar con la nueva administración en la lucha contra la pandemia y en la configuración de la recuperación a todos los niveles: ya sea entre los gobiernos, pero también con las empresas, la sociedad civil y los científicos. La primera vacuna utilizada en los EE.UU. y en la UE es un «producto transatlántico», desarrollado por una empresa conjunta germano-estadounidense.

Todos estamos viendo cómo la pandemia y la consiguiente recesión económica constituyen un terreno abonado para el populismo, las ideas radicales y, por consiguiente, las divisiones y el malestar social. El asalto del 6 de enero al  Capitolio constituyó una llamada de atención para los defensores de la democracia en todo el mundo. De hecho, como dijo el presidente Biden, «hemos aprendido una vez más que la democracia es valiosa, la democracia es frágil». Debemos luchar contra la desinformación y las desigualdades y garantizar que prevalezca nuestro discurso democrático. Es urgente que tanto la UE como los EE.UU. adopten medidas concretas para detener el auge del autoritarismo, la corrupción y las violaciones de los derechos humanos.

Los EE.UU. vuelven al Acuerdo de París y a la lucha contra la crisis climática

La decisión del presidente Biden de adherirse de nuevo al Acuerdo de París sobre el Clima es fundamental. Una de nuestras prioridades es trabajar juntos ante la crisis climática: hoy, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y mi colega el vicepresidente ejecutivo Frans Timmermans hemos celebrado una videoconferencia con el nuevo enviado de los Estados Unidos para el Clima, John Kerry, y hemos hablado de cómo la UE y el nuevo gobierno estadounidense pueden cooperar de nuevo en la lucha mundial contra el cambio climático.

 

«La decisión del presidente Biden de adherirse de nuevo al Acuerdo de París sobre el clima es fundamental».

 

La UE propone establecer una «agenda verde» transatlántica global para poner en marcha una acción mundial por el clima más ambiciosa, empezando por el compromiso conjunto de cero emisiones netas para 2050. Para ello, tenemos que trabajar, en particular, en las medidas para construir una alianza tecnológica ecológica, eliminar progresivamente los combustibles fósiles, evitar las fugas de carbono, desarrollar un marco regulador mundial para las finanzas sostenibles, ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático y perseguir un liderazgo conjunto en la lucha contra la deforestación. Tenemos mucho que hacer juntos y no tenemos tiempo que perder.

El orden mundial, la paz y la seguridad

No cabe duda de que los Estados Unidos desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la paz y la seguridad, también de la seguridad europea. De hecho, en muchos lugares de nuestro continente y en nuestras fronteras, tenemos que trabajar juntos para obtener resultados sostenibles, desde los Balcanes Occidentales hasta el Mediterráneo oriental, Ucrania y más allá. Como socios globales, tendremos que profundizar nuestro diálogo y cooperación en todos los ámbitos, por ejemplo, en la reactivación del acuerdo nuclear con Irán y en el ámbito más amplio de la no proliferación y el control de armamento. Además, pronto iniciaremos un diálogo para debatir toda la gama de cuestiones relacionadas con China. También estudiaremos las oportunidades de cooperación en todos aquellos lugares del mundo donde nuestros intereses coinciden.

 

«Una Europa fuerte y capaz no es un rival de la alianza transatlántica, sino una condición necesaria para que esta exista».

 

Muchos gobiernos estadounidenses han insistido en que Europa tenía que redoblar sus esfuerzos en defensa para garantizar mejor su propia seguridad y poder actuar como un proveedor de seguridad para otros. Hay que destacar, en este sentido, que ya estamos trabajando activamente para reforzar las políticas, capacidades y operaciones de defensa de la UE. Nuestras iniciativas emblemáticas en materia de defensa incluyen ahora la Cooperación Estructurada Permanente (CEP), el Fondo Europeo de Defensa (FED) y la movilidad militar. De hecho, una Europa fuerte y capaz no es un rival de la alianza transatlántica, sino una condición necesaria para que esta exista.

El refuerzo de las capacidades de defensa de los Estados miembros de la UE fortalece a la Alianza y contribuye a un reparto más equilibrado de la carga entre ambos lados del Atlántico. Una Europa más asertiva, más capaz y resiliente es el mejor socio de los Estados Unidos. El refuerzo del papel de Europa en materia de seguridad permitirá una mejor cooperación con los Estados Unidos en lo que respecta a los riesgos para la seguridad actuales y futuros. Es evidente que tenemos mucho que ganar de una estrecha cooperación con los Estados Unidos para hacer frente a los apremiantes desafíos en materia de seguridad, desde la ciberseguridad hasta las amenazas híbridas, pasando por la protección de nuestras infraestructuras críticas y las implicaciones para la seguridad del cambio climático. No cabe duda de que debemos ser ambiciosos en este ámbito.

Al tiempo que intensificamos la cooperación debemos ser conscientes de que la experiencia de los últimos cuatro años ha dejado su huella en la opinión pública europea. De hecho, una clara mayoría de los europeos, como se explica en un reciente informe del ECFR (enlace externo), cree ahora que, incluso bajo el mandato del presidente Biden, los Estados Unidos dedicarán sus energías sobre todo a curar las heridas de su división interna y tendrán poca capacidad o voluntad para resolver problemas mundiales. Y hay razones subyacentes, demográficas, económicas y políticas, por las que las trayectorias históricas de Estados Unidos y Europa podrían divergir. Sin embargo, apreciamos que al menos durante los próximos cuatro años habrá un presidente estadounidense que cree en la asociación con sus aliados democráticos. No solo valoramos este cambio de actitud, sino que reconocemos su necesidad.

Trabajar juntos en materia de tecnología, comercio y normas

Las cuestiones tecnológicas forman ahora parte de la política exterior. Esta es la razón por la que el rápido cambio tecnológico que afrontamos nos brinda una oportunidad para desarrollar una «agenda de alta tecnología» estratégica conjunta UE-EE.UU. Queremos cooperar en la elaboración de normas claras y en su aplicación vinculada a la responsabilidad de las plataformas en línea y de las grandes empresas tecnológicas; queremos trabajar juntos en materia de equidad fiscal y de distorsiones del mercado y desarrollar un enfoque normativo común para el futuro desarrollo de tecnologías clave. Las «democracias tecnológicas» hemos de dar una respuesta a estos retos antes de que sea demasiado tarde.

En resumen, la lista de desafíos a los que nos enfrentamos es larga y es posible que algunas diferencias de opinión persistan entre nosotros. Es algo normal. Sin embargo, con Biden, el tono y la actitud de partida están cambiando y eso en el ámbito diplomático importa mucho. C’est le ton qui fait la musique, como dicen en francés. Vamos a trabajar y reconstruir nuestra alianza por la democracia, la prosperidad, la seguridad mundial y por un mundo mejor y más estable.

 

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