Juntos por Nicaragua, Unión Europea apoya los derechos humanos de las personas con discapacidad

16.09.2021

La experiencia de accesibilidad en la ciudad de Somoto fue replicada en el Municipio de Cantarranas en departamento de Francisco Morazán, en el vecino país de Honduras.

Hasta 2019, más de 600 personas con discapacidad tenían problemas para transitar por las calles de la ciudad de Somoto, en el norte de Nicaragua, cerca de la frontera con Honduras. Pero esto se superó, gracias al Plan de Accesibilidad Urbana organizado ese mismo año por la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad (Feconori) junto a Euskal Fondoa, la alcaldía de la ciudad y la Fundación Somoto con la contribución de la Unión Europea.

La iniciativa permitió suprimir, en tres años, las barreras arquitectónicas en este municipio, donde lo usual eran las construcciones espontáneas y sin accesos seguros para la población con discapacidad que se movilizaba expuesta al peligro.

Algunos comunitarios recuerdan, que previo al plan, había desconocimiento de la Ley número 763, Ley de los Derechos de las Personas con Discapacidad, de modo que no existían pasamanos ni barras de protección en algunos puentes, como los del sector 10 y 14 de la ciudad.

Además, a las personas con discapacidad se les dificultaba transitar hacia el centro de la ciudad o ir a algunos sitios como el Polideportivo, porque no podían ingresar con sus medios auxiliares ¡Era un reto enorme entrar al lugar en sillas de ruedas!

Movilizarse por el Parque Central o ir la universidad, también era un desafío, ya que ahí las gradas eran “muy altas”.

Con ordenanza y accesos

Pero ahora, la historia es otra, Somoto cuenta con una ordenanza municipal de accesibilidad que regula las construcciones para los y las personas con discapacidad de la zona. Hay además una comisión que supervisa las obras dedicadas a beneficiar a esta población. 

En el municipio, por ejemplo, hay sitios como el Polideportivo que ahora cuenta con rampas. Por otra parte, se han construido 21 obras de accesibilidad que les permite “cruzar” o recorrer la ciudad sin obstáculos, gracias a los accesos a las  personas con discapacidad que hoy existen, en trayectos hacia escuelas, centros de salud, terminal de buses, cementerio, hospital, salas de fisioterapia, iglesias, juzgados, etc.

De acuerdo con los lugareños estas obras se traducen en mayor autonomía y seguridad para las personas que se desplazan en sillas de ruedas, muletas, andariveles, bastones o prótesis.

El Plan de Accesibilidad Urbana está facilitando a las personas con discapacidad mejores condiciones para seguir estudiando, atender su salud, realizar diligencias legales, académicas o bancarias; recrearse y trabajar sin obstáculos.

Activos en la economía local

Según Feconori, una familia somoteña puede tener uno o más miembros con alguna discapacidad física. Algunos cuentan con pensión de guerra, otros son auxiliados por familiares, o bien, tienen algún pequeño negocio o trabajan por cuenta propia.

En ese segmento poblacional, por ejemplo, hay personas ejerciendo diversas labores que van desde lustrar zapatos; reparar bicicletas; criar aves; vender verduras, enchiladas y artesanías; hasta elaborar vinos, pasteles, manualidades e inclusive trabajar en ramas más complejas como la carpintería.

A futuro, los somoteños aspiran a más. Una de las metas, es que Somoto se convierta en un referente a nivel nacional en la inclusión y defensa de los derechos humanos de las personas con discapacidad, que abarca a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores.

Réplica y sistematización de la experiencia

La experiencia de accesibilidad en la ciudad de Somoto fue replicada en el Municipio de Cantarranas en departamento de Francisco Morazán, en el vecino país de Honduras.

El modelo de piloto de accesibilidad de Somoto, ha sido sistematizado y sus experiencias esperan ser difundidas en las demás ciudades de los países de Nicaragua y Honduras.