Juntos por Nicaragua, Unión Europea promueve el desarrollo del sector apicultor del corredor seco del país

01.09.2021

Gracias a la mejora en la producción, los apicultores y apiculturas beneficiados crearon pequeños emprendimientos y comenzaron a elaborar nuevos productos y subproductos de miel con valor agregado.

Hace cuatro años los apicultores y apicultoras del corredor seco de Las Segovias y del Occidente de Nicaragua producían miel de manera empírica; carecían de técnicas para el manejo de las colmenas y de los apiarios.  Tampoco sabían cómo alimentar a las abejas en época de baja floración, ni tenían las herramientas y los trajes adecuados para el proceso de producción. Vender la miel se les complicaba porque no contaban en sus comunidades rurales con centros de acopio, no tenían marca para comercializarla, y no elaboraban productos o subproductos con valor agregado.

Sin embargo, eso cambió en el año 2017, con la llegada al territorio del Proyecto AgroPesquero, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea, con el aporte económico y asistencia técnica de Amigos de la Tierra, en alianza con el Instituto de Promoción Humana de Somoto (INPRHU-Somoto), la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y la Fundación para la Investigación del Clima (FIC). 

En ese año, un total de 127 apicultores, 45 mujeres, fueron capacitados en Escuelas de Campo de apicultura, y todo empezó a fluir. Según los técnicos del proyecto, esa fue la primera incursión de las mujeres en esa actividad, ya que años atrás era una faena solo de hombres. 

Las mujeres se capacitaron en todas las tareas y más tarde conformaron cooperativas apícolas. Tras la formación técnica, cada apicultor y apicultora recibió cinco cajas de colmenas, trajes de protección e insumos como cuchillos, peines, cepillos, ahumadores, marcos de madera y excluidores de reinas.

Aumentó la producción

A partir de entonces, su calidad de vida comenzó a mejorar, y atrás quedaba el enfoque limitado al cultivo de granos básicos, café o ganadería. 

Los números lo reflejaron. Hasta el año 2016, antes del inicio del apoyo, la producción anual de miel de ocho cooperativas andaba por 115,000 kilogramos, pero al finalizar el proyecto, en el año 2020, la producción incrementó un  65%, pasando a 189,422 kilogramos de miel.

Para lograr  ese incremento productivo, de acuerdo con los técnicos, influyó el aumento de colmenas, la práctica de división de cámara de crías, el uso de doble reina, la asistencia técnica, buenas prácticas ambientales, eficiencia ambiental en sus plantas procesadoras y los intercambios de experiencias con cooperativas y apicultores individuales.

Gracias a  la mejora en la producción, los apicultores y apiculturas del corredor seco crearon pequeños emprendimientos y comenzaron a elaborar 20 nuevos productos y subproductos de miel con valor agregado.Entre estos, una línea de cosméticos e higiene personal que incluye crema hidratante, alcohol en gel, cremas con jalea real, acondicionadores, champú y jabones. Sumaron a la línea mermeladas, trocantes de ajonjolí con miel, hidromiel conocida también como aguamiel, velas, miel de meliponas, cera y láminas de ceras.

Mejoró la vida

Para la comercialización de esos 20 nuevos productos y subproductos se establecieron, por medio del proyecto, tres puntos de venta ubicados en El Sauce y León en Occidente, así como en Somoto, en el norte. Además, se desarrollaron las marcas, crearon el sitio web Mercadito de las Montañas (https://mercaditodelasmontanas.com) y los promovieron en sus redes sociales.

Esos cambios han contribuido en su mejora de calidad de vida. Las mujeres, por ejemplo, se han empoderado, y se han especializado en la apicultura para apoyar a otras mujeres rurales. Asimismo, han invertido las ganancias obtenidas con la miel.  Algunas lo hicieron instalando pequeños negocios, otras entraron a la universidad, adquirieron medios de transporte y mejoraron las condiciones de sus viviendas.

En Somoto y zonas cercanas, incluso la Cooperativa Multisectorial Jóvenes Emprendedores Rurales de Madriz, R.L. (COMJERUMA), ha promovido la apicultura como un medio de vida para la juventud y con ello reducir la migración.

Las perspectivas

Al final, el proyecto Agropesquero ha trabajado con un total de 550 apicultores, de los cuales el 40% son mujeres, algunos trabajando de manera individual, y el resto organizados en  10 cooperativas. La inversión conllevó aproximadamente 144 mil euros.

Actualmente, las y los apicultores se mantienen bien activos. La pandemia del Covid-19 ha sido una oportunidad para incrementar los ingresos, ya que la venta de miel envasada y alcohol en gel con miel aumentó y siguen siendo dos de los productos con mayor demanda.

El 80 % de la producción anual de la miel que producen es exportada a granel por la Unión de Cooperativas Agropecuarias El Sauce (UCASA) a países como Holanda y Alemania, el resto es comercializada en emprendimientos de cooperativas y mypimes. Estos son resultados muy positivos para un rubro que arrancó de manera alternativa y con muy pocas herramientas en la zona seca del país.

Apicultores con Alerta Temprana

Al iniciar el año 2020, entró en funcionamiento el sistema de Alerta Temprana Apícola, desarrollado por los científicos de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), para brindar información climática actualizada en un boletín digital, de manera que los productores de miel pueden tomar mejores decisiones en sus procesos apícolas en tiempo real, frente a las condiciones cambiantes del clima.