Pedaleando juntos hacia un futuro más sostenible
En el calendario internacional, hay fechas que nos invitan a reflexionar sobre el rumbo que estamos tomando como hu-manidad. Esta semana conmemoramos dos de ellas que, ade-más, están profundamente relacionadas: el Día Mundial de la Bicicleta (3 de junio) y el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio). Este año, ambas efemérides nos transmiten un mensaje urgente: la necesidad de cambiar nuestra forma de movernos y de consumir para frenar el deterioro del planeta. La bicicleta, símbolo de movilidad limpia y accesible, y la lucha contra la contaminación por plásticos, tema central del Día Mundial del Medio Ambiente 2025, nos ofrecen oportunidades concretas para actuar de forma colectiva y decidida.
El transporte representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, por lo que avanzar hacia una movilidad sostenible es clave para reducir la contaminación, el ruido, la congestión y, en general, acelerar la descarbonización de la economía. Transitar hacia un modelo de transporte con cero emisiones, que además sea accesible para todas las personas, es hoy más urgente que nunca. En la UE trabajamos activamente en esta transformación a través de la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente, adoptada en diciembre de 2020 y la cual es uno de los ejes rectores del Pacto Verde Europeo, nuestra hoja de ruta hacia la neutralidad climática en 2050. Esta estrategia busca alentar a las ciudades a desarrollar sistemas de transporte urbano seguros, accesibles, inclusivos, asequibles, inteligentes, resilientes y libres de emisiones. Entre las acciones en marcha destacan el desarrollo de un marco legislativo sobre vehículos cero emisiones, la extensión de la tarificación del carbono al transporte por carretera, la creación de infraestructura y mercados de combustibles alternativos, así como la promoción del transporte colectivo y de la movilidad activa.
El uso de la bicicleta no sólo ayuda a reducir las emisiones contaminantes, sino que también promueve la salud, la inclusión social y la transformación de las ciudades en espacios más habitables y equitativos. Es, sin duda, un componente esencial de un sistema de transporte sostenible. Por ello, la UE y sus Estados Miembros trabajan continuamente para mejorar las condiciones que favorezcan su uso, mediante la creación de redes ciclistas seguras, incentivos públicos, educación vial desde edades tempranas y apoyo al sector industrial relacionado. La UE también está invirtiendo en el rediseño de ciudades para reducir la dependencia del automóvil y fomentando el transporte activo, con experiencias que pueden servir de inspiración para muchas ciudades del mundo. Nuestra exposición fotográfica UE: hacia un futuro verde e inclusivo, actualmente exhibida en la Rejas del Bosque de Chapultepec, presenta justamente algunos ejemplos concretos.
Por otro lado, la magnitud de la contaminación por plásticos es alarmante: cada año, alrededor de 11 millones de toneladas de residuos plásticos llegan a ecosistemas acuáticos, mientras que los microplásticos se acumulan silenciosamente en suelos agrícolas y en nuestros cuerpos. La contaminación plástica agrava las tres grandes crisis planetarias: la climática, la de pérdida de biodiversidad y la de contaminación y residuos. Pero, a diferencia de otros desafíos ambientales, ésta es una de las crisis más solucionables, con opciones claras a nuestro alcance: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y repensar el uso del plástico.
La UE está firmemente comprometida con esta causa. En 2022 respaldamos el inicio de negociaciones para un tratado global jurídicamente vinculante que ponga fin a la contaminación por plásticos, incluyendo los océanos. Este Día Mundial del Medio Ambiente ocurre justo dos meses antes de que los países se reúnan nuevamente para continuar las negociaciones hacia dicho tratado. A nivel interno, la UE ya ha adoptado medidas pioneras, como la prohibición de plásticos de un solo uso, la mejora del diseño de productos para facilitar su reciclaje y la creación de un mercado único para plásticos sostenibles. Pero ninguna región puede enfrentar este reto sola; de ahí que la cooperación internacional sea fundamental.
México y la UE compartimos una visión ambiciosa para enfrentar la crisis ambiental. Por ello trabajamos juntos en proyectos concretos en beneficio de las comunidades y de las futuras generaciones. Entre ellos se encuentran los ecoparques de economía circular en Hidalgo y Quintana Roo, la limpieza y recuperación de ríos y ecosistemas acuáticos, así como el impulso a la movilidad sostenible mediante la expansión y mejora de la red ferroviaria para el transporte de pasajeros, y la promoción de la viabilidad ciclista en regiones como el Lago de Chapala.
Ambas fechas nos presentan la misma disyuntiva: seguir por un camino insostenible o tomar decisiones transformadoras. Hoy celebramos el Día Mundial de la Bicicleta con un recorrido ciclista en el Bosque de Chapultepec; y el Día Mundial del Medio Ambiente lo conmemoraremos con un evento organizado junto con Iniciativa Climática de México, orientado no sólo a la reflexión, sino sobre todo a la acción. Desde la UE queremos seguir pedaleando junto a México en esta ruta hacia un futuro más limpio, justo y saludable. La oportunidad es hoy. El cambio depende de nosotros.
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