Prevenir la violencia, reduciendo la impunidad y fortaleciendo la dignidad

10.12.2019

“Gracias al Programa de Prevención cambié mi vida y tengo conmigo a mis hijos. Estoy muy agradecida por su apoyo y ayuda”. Esto comentó Doña Esperanza, quien vive en Escuintla y a quien el juzgado resolvió retirarle la guarda de sus hijos a causa del abandono en que los tenía y de su adicción a la bebida. Fue remitida, por orden del juez a la “Escuela de papás, mamás y familia ampliada”. Ahí no sólo completó los módulos del curso sino que además comenzó a estudiar para aprender a leer y escribir, dejó la bebida y recuperó la guarda de sus hijos. 

Historias como estas son posibles gracias al Programa  Prevención de la violencia y el delito contra mujeres, niñez y adolescencia, que busca prevenir la violencia y evitar la impunidad, en los departamentos de la Costa Sur: Escuintla, Retalhuleu, Suchitepéquez.  

Este programa inició en Septiembre del 2018, es financiado por la Unión Europea y ejecutado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) quien tiene como socios a la Secretaría Ejecutiva de la Instancia Coordinadora de Modernización del Sector Justicia (SEICMSJ) y al Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (CALDH). 

Para lograr sus objetivos se trabaja en dos componentes; uno institucional y otro social. Desde el componente Institucional, lo hace a través de la SEICMSJ y busca fortalecer al sistema judicial para que realice su trabajo con mayor eficiencia y con un enfoque de derechos humanos y de género, fortaleciendo la ruta de atención a las mujeres. “Muchas veces se ven re victimizadas cuando acuden a pedir ayuda y ponen su denuncia. Deseamos que la mujer se sienta muy bien acompañada, que se respete su dignidad como persona en toda la ruta de atención de la denuncia y lograr así que sus derechos sean protegidos”, comentó Liliann Vásquez, Directora del Programa. 

A través de diagnósticos de las instituciones y definición de planes de acción, se han logrado realizar cambios en procesos y protocolos, dar talleres de formación y sensibilización a funcionarios como fiscales, jueces, Policía Nacional Civil y otras instituciones, dotar de equipamiento y mobiliario adecuado en la oficina de atención a víctimas y otras muchas acciones que han permitido que ya se esté mejorando la atención a la víctima para que se pueda sentir acompañada, dignificada y con el respeto a sus derechos. 

El componente social se trabaja con CALDH y busca fortalecer a las organizaciones comunitarias y locales de mujeres para que puedan conocer sus derechos, identificar acciones violentas a su alrededor para detenerlas a tiempo, conocer las rutas de atención existente, entre otras cosas. También se han llevado a cabo  diagnósticos de medios de comunicación para conocer el nivel de sensibilización de los medios al presentar casos de violencia machista. Y se han implementado campañas de sensibilización tanto para el nivel institucional como para el social.

En las “Escuelas de papás, mamás y familia ampliada” se imparten talleres para que los participantes conozcan sus roles y responsabilidades para prevenir y detener los círculos de violencia, con lo que se está cambiando las vidas de muchas personas.. 

Una de las acciones que el programa ha logrado es la creación de los “equipos de búsqueda inmediata de mujeres desaparecidas”. Anteriormente, se tenían que esperar 24 horas para iniciar la búsqueda y con estos equipos se ha logrado que inicie dentro de esas primeras 24 horas que han resultado vitales. 

Próximos pasos

Conforme el proyecto continúa se avanzará con las diversas acciones de fortalecimiento a ambos componentes, Vásquez comenta respecto a lo que continúa: “Seguir fortaleciendo juzgados para otorgar medidas de seguridad y prevención. Dar mayor énfasis en conformar “los equipos de búsqueda inmediata de mujeres desaparecidas”, aún necesita capacidades en lo local para que puedan desplegarse de mejor manera y con personas más capacitadas. Ampliar la cobertura de la “Escuela de Padres, madres y familia ampliada”. Y fortalecer a los consejos municipales de prevención de la violencia, entre otros”.

Unidos por un mismo fin

Un aspecto especial de este proyecto es el trabajo en conjunto que hace la SEICMSJ y la CALDH. “Unir a dos instituciones que en muchos casos pueden parecer contrarias, crear un diálogo entre ellas y que encuentren que a pesar de las diferencias el propósito es el mismo. Quizás sus rutas han sido distintas pero el proyecto ha permitido un aprendizaje significativo”, comenta Miguel González Gullón, Coordinador de la Cooperación Española en Guatemala. 

Este proyecto está fortaleciendo todo el tejido organizativo y social, para reducir los casos de violencia, un aspecto muy importante considerando el contexto del país. “Guatemala es uno de los países del mundo y de la región, con mayores tasas de femicidio, y esto comienza con la invisibilización de estos casos de violencia. Muchas mujeres ni siquiera saben que están siendo víctimas de violencia y no ven otra salida. Y poder brindar ese acompañamiento a través de este programa para que pare la violencia contra la mujer y prevenir un femicidio, es muy satisfactorio”, indicó González, agregando: “Nuestra razón de ser son las mujeres y niñas.” 

“Los procesos son difíciles, pero las mujeres deben saber que hay instituciones que están comprometidas y a las cuáles se puede acudir en caso de ser víctima de violencia. Los equipos locales están trabajando”, concluye Liliann Vásquez .