Carta de Despedida del Embajador Stefano Gatto a los guatemaltecos

13.08.2020

Queridos todos,

Después de cuatro años muy intensos me veo obligado a dejar Guatemala sin que, previamente, me haya sido posible volver a un ritmo normal de trabajo ni despedirme presencialmente de las personas con las cuales he compartido camino o colaborado en este periodo.

No solo no pude celebrar con Vds. mi último 9 de Mayo, Día de Europa, pero además varios proyectos se han quedado imposibilitados de avanzar por falta de condiciones.

Sin embargo, las flexibilidades que se dieron en la puesta en marcha de los programas de cooperación nos han permitido avanzar en muchos de ellos, a pesar de todo, modificando incluso varios aspectos para adaptarlos a la emergencia Covid.

Así ha sido en programas como el de Salud, con el cual trajimos pruebas que el país necesitaba, o el de Agricultura, que se prolongó este año para permitir profundizar las tareas en el ámbito del Desarrollo Rural, y el de Competitividad, cuyos remanentes se usaron para proveer mascarillas a los mercados de Guatemala. Además pudimos lanzar importantes programas en el ámbito de la desnutrición infantil, donde trabajaremos con Unicef y PMA en apoyo a los programas de gobierno en este campo, de importancia crucial para el futuro del país.

Servir como Embajador de la Unión Europea ante la República de Guatemala desde 2016 ha sido un gran honor y una tarea apasionante, difícil y exigente, como todo lo que en la vida vale la pena emprender.

Guatemala es un país extraordinario: por su belleza, su cultura, su gente luchadora y generosa. Pero también es extraordinario en su complejidad, sus desafíos, su intensidad. No es un país que te pueda dejar indiferente, y poco inclinado a las medias tintas, que sin embargo a veces ayudarían con su dosis de moderación y de escucha de las razones del otro.

La Unión Europea es socia y amiga de Guatemala desde hace varias décadas, y me ha dejado impresionado, en estos últimos tiempos, el calor y simpatía recibidos por tantos guatemaltecos que no tenían por qué agradecer a mi persona. Más allá de los reconocimientos oficiales, que agradezco en nombre también de todo el equipo de trabajo de la UE en Guatemala, la simple gratitud que tantos guatemaltecos me han expresado informalmente me anima y reconforta. Hemos hecho lo posible para cumplir con una agenda de trabajo que sirviera al país, entre logros y decepciones, que tampoco han faltado: no será por no haberlo intentado que no se pudo.

Sin embargo, una agenda de cooperación que me encontré casi parada a mi llegada al país se ha puesto en marcha en su integralidad en estos años, de la Gobernanza a la Lucha Contra la Desnutrición, de la Cooperación Económica al Cambio Climático. Ahora todos los programas previstos están en ejecución y traerán sus resultados, mientras otros nuevos se han lanzado, en sectores que no estaban inicialmente previstos.

Nuestra principal herramienta de trabajo es la cooperación dirigida a fortalecer unas políticas públicas sin las cuales un país no puede responder eficazmente a las necesidades de sus ciudadanos. Este elemento, acoplado a un sano funcionamiento de la economía de mercado y a una justicia independiente constituyen los elementos de éxito en los países que más han conseguido avanzar en su desarrollo e inspiran los principales pilares de la cooperación de la UE con este país.

En todas las áreas en las cuales cooperamos, el liderazgo le compete al pueblo de Guatemala a través de sus instituciones. La cooperación no puede ser más que un complemento de experiencias y recursos que vienen a completar un esfuerzo de país.

Además de este tipo de cooperación, recordemos que el mercado europeo está abierto a las exportaciones de productos guatemaltecos, tanto tradicionales como no, gracias a nuestro Acuerdo de Asociación, y el comercio en estos años no ha hecho más que intensificarse, con gran beneficio en términos de creación de empleos en Guatemala, sobretodo en el sector del agro y derivados.

Un número creciente de estudiantes guatemaltecos cursan estudios superiores en la varios países de la UE en el marco del programa Erasmus Plus, una experiencia que marcará sus vidas. Asimismo actividades culturales como el Eurocine, que cumple dos décadas o la Feria del Libro, que este año verá a la Unión Europea como invitada especial, han venido a completar una relación de amistad rica y diversa entre guatemaltecos y europeos.

La cooperación entre seres humanos, entre países y pueblos, es la opción más enriquecedora y valiente: permite superar tabúes y deshacer mitos a menudo errados. Es un enfoque optimista, que apuesta a construir a partir de nuestros lazos comunes, que trascienden divisiones que puedan ser resultado de la historia o de visiones ideológicas.

Ya estamos trabajando a la agenda 2021–2027 de cooperación entre Guatemala y la Unión Europea, y no dudo que la relación seguirá fortaleciéndose incluso después de mi salida bajo el liderazgo de mi sucesor, Thomas Peyker, que llegará pronto al país. Mientras tanto, yo habré vuelto a nuestra sede en Bruselas, Bélgica.

Concluyo agradeciendo a todos la colaboración y simpatía demostrada en estos años, a parte de la gran hospitalidad.

En un mundo tan convulso, no sé cuando, y si podré volver a tierras chapinas. Pero de una cosa estoy seguro: nunca podré olvidarlas, con todo lo que me han dado. De mi parte, espero y confío en que quede algún granito de arena de mi paso por este país y que algunas de las realizaciones de estos años se consoliden y prosperen.

Un fuerte abrazo.

Stefano Gatto

Page of a document

Page of a document