
La orientación de la cooperación de la Unión Europea en Cuba se basa, según los principios de apropiación y de efectividad de la cooperación al desarrollo, en un constante diálogo y análisis compartido con los Estados Miembros y las contrapartes institucionales y sociales en Cuba.
En base a dicho análisis, los programas bilaterales, regionales y temáticos han intentado colaborar con los esfuerzos del Gobierno y la sociedad cubanos en las causas que dificultan el progreso económico, la equidad y bienestar social, y la sostenibilidad medioambiental.
A través de la cooperación bilateral:
• Soberanía alimentaria y nutricional mediante la producción resiliente y sostenible de alimentos.
• Soberanía energética y sostenible a través de la promoción de energías renovables.
• Modernización socio-económica en sectores clave como la planificación, las estadísticas, la equidad fiscal, los registros judiciales, la prevención del lavado de activos, y las capacidades de innovación y gestión del emergente sector privado.
A través de los programas regionales, temáticos y de emergencia:
• Adaptación al cambio climático en la planificación integrada en costas afectadas por la subida del nivel del mar, el desarrollo de sistemas resilientes de energía y agricultura y las capacidades de detección y respuesta a fenómenos naturales, en especial los ciclones, que periódicamente y con creciente intensidad afectan a la isla.
• Incentivos a las inversiones de bancos de desarrollo (a través del programa LAIF) en infraestructuras sostenibles como canalización de agua, plantas de biomasa, centrales eólicas, gestión de planes ambientales y de transportes y créditos a proyectos agrícolas sostenibles.
• Promoción de la cultura, en su amplio sentido, como vector de diálogo y cohesión social, y como factor diferenciador de la Isla en actividades como el turismo y las industrias creativas.
A través de los programas de generación de conocimiento:
• Los programas de cooperación académica de Erasmus + entre universidades cubanas con otras de Latinoamérica y de la UE se centran en la promoción de la internacionalización, el acceso en equidad y las energías renovables, además de promover la movilidad académica.
• En cuanto a los programas de cooperación científica del programa Horizonte 2020 entre centros de investigación cubanos y de la UE se centran en biotecnología para el control de epidemias médicas y de plagas en cosechas, nanotecnología y tecnologías de la información, además de promover la movilidad de científicos.
Con todo ello, la cooperación de la UE con Cuba destina en la actualidad casi 50 millones a la agricultura y planificación territorial sostenible, más de 40 millones a energías renovables y medio ambiente, unos 18 millones a programas de cultura e inclusión social, 11 millones a acompañar el proceso de modernización económica, 7 millones a promover la participación ciudadana y fortalecimiento de la sociedad civil, 5 millones a la ayuda humanitaria de emergencia y casi 3 a la cooperación en educación superior e investigación. La gráfica siguiente muestra la distribución de la cooperación de la UE en Cuba por sectores de desarrollo.
Tanto en los programas de cooperación bilateral como en los relativos a cultura e inclusión social, la cooperación de la UE en Cuba tiene el enfoque representado en la Figura 4, vinculando la generación del conocimiento orientado a aplicaciones locales, la participación de los actores sociales e institucionales en iniciativas innovadoras, y en base a los dos componentes mencionados, el diálogo de políticas públicas:
Por otra parte, como la gráfica siguiente muestra, el 60% de la cooperación de la UE con Cuba se implementa a través de agencias de Naciones Unidas (en especial por el PNUD – el 57%-seguida de UNESCO), casi un 20% por agencias y bancos de desarrollo de Estados Miembros de la Unión Europea, 15% por organizaciones de la sociedad civil, 4% por universidades, 1% por autoridades locales y otro 1% por instituciones de otros países de LAC a través de la cooperación triangular.
Dicha distribución demuestra un muy bajo grado de apropiación de la cooperación de la UE por parte del Gobierno cubano. Tras el inicio de la implementación provisional del ADPC se ha iniciado el proceso de firma y ratificación de convenios de financiación en cada sector bilateral de cooperación, por el cual se reconoce y asegura el carácter de coordinación de los proyectos de cooperación bilateral de la UE por instituciones relevantes en Cuba: MINEM para el sector de energías renovables y MINAG para el sector de agricultura sostenible y seguridad alimentaria. El siguiente paso es establecer procesos de diálogo sectorial con los socios internacionales de cooperación, decisión tomada en el Subcomité de Cooperación de noviembre de 2018. Ello debiera llevar a la canalización progresiva de fondos de cooperación de la UE directamente a instituciones cubanas, para lo cual una misión de MINCEX en diciembre de 2018 a Bruselas inició la evaluación de procesos y condiciones a tal fin.
En todas las acciones de cooperación de la UE en Cuba el factor humano es esencial, por cuanto el intercambio de ideas, conocimientos, experiencias genera empatía, enriquecimiento mutuo, alianzas y acción conjunta ante desafíos cada vez más comunes en un mundo globalizado. Así, en los programas de agricultura, energía y economía participan investigadores, actores de organizaciones sociales y funcionarios o expertos; y en los de cultura, artistas, actores culturales y decisores de políticas. De forma indirecta el sector de cooperación bilateral más avanzado de la estrategia actual ha movilizado más de 6000 funcionarios.
Estos programas entran en sinergia con los diálogos y acciones conjuntas de funcionarios cubanos, de Latinoamérica y de la UE que promueven los programas de cooperación regional, y con la movilidad académica y de investigadores que promueven los programas Erasmus+ y Horizonte 2020.