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Europa, América Latina y el Caribe. La otra relación transatlántica

20.12.2020

20/12/2020 - Blog de vídeo del AR/VP - América Latina es la parte del mundo con la que tenemos más afinidad política, histórica y cultural y con la que estamos unidos por importantísimos lazos institucionales y económicos.

Transcripción completa del vídeo:

Cual fue el objetivo de la reunión informal de Ministros de Exteriores de la Union Europea, América Latina y el Caribe que ha tenido lugar en Berlín ?

Bueno, hace cinco años que no se celebra una cumbre entre Europa y América Latina.

Esto es una anomalía en las relaciones entre los europeos y aquella parte del mundo con quien tenemos más afinidad política, histórica, cultural y con la que estamos unidos por importantísimos lazos institucionales y económicos. Por eso, esta reunión ministerial tuvo la especial importancia de marcar un punto de reencuentro y abrir vías para mejorar nuestra cooperación y nuestro diálogo político.

¿Cómo responder al COVID? ¿Cómo hacer frente a los retos globales como el cambio climático o la transformación digital? ¿O como podemos reforzar nuestros lazos comerciales? Me parece un tema muy importante.

Nos queda demasiado lejos América Latina. ¿Por qué es importante para la Unión Europea?

No es un problema de distancia física. Ahora estamos hablando mucho de la nueva relación trasatlántica. Mirando a Washington como si el Atlántico solo fuera el Atlántico Norte. Hay otra relación trasatlántica. Hay otro Atlántico. El Atlántico Sur. Somos transatlánticos también con América Latina y debiera preocuparnos esta relación transatlántica. Primero, porque invertimos mucho en América Latina. Las empresas europeas han invertido en América Latina más que en China, Japón, Rusia e India juntos. Cuando me lo dicen, me asombro porque no es una verdad intuitiva. Pero han nuestras empresas invertido 800 000 millones de euros en esos países. Somos su principal socio en ayuda al desarrollo.

Además de seis millones de personas de ambas regiones que viven en la otra. Y tenemos muchos lazos culturales e históricos con ellos. Siglos de historia y sobretodo, muchos valores comunes. Y además, América Latina tiene una enorme potencial de crecimiento. Los chinos no se preguntan por qué tienen que ir, van. China está desembarcando con inversiones, con comercio, con ayudas, con presencia cultural. 

Si Europa quiere tener influencia, y quiere tenerla porque quiere ser un actor geopolítico, tiene que prestar más atención a América Latina. Mucha más.

¿Cuál es el impacto de la crisis del COVID-19 en la región, y que está haciendo la Union Europea para ayudar a América Latina?

La pandemia ha castigado muy duramente a América Latina por su estructura socioeconómica.Son ciudades mastodónticas, con un urbanismo deficiente, con unas grandes acumulaciones de emigración interior, con un sistema sanitario débil. La pandemia ha puesto de manifiesto la debilidad estructural de la socioeconomía latinoamericana.

En términos económicos, la región se encamina hacia una nueva década perdida. Va a retroceder en términos de pobreza, de desigualdad y de crecimiento económico. ¿Qué hacemos para ayudar? Pues hacemos menos de lo que es necesario, sin duda alguna. Hemos movilizado 2500 millones de euros para hacer frente a las consecuencias sanitarias, pero soy consciente de que es una cifra que aunque parezca grande, es pequeña.Habrá que reforzar nuestra cooperación, pero esa tiene que ser sobre todo económica. Y por eso es importante que ayudemos al desarrollo, y el comercio es una forma de hacerlo. Y tenemos acuerdos de asociación, algunos firmados, ya que hay que renovar y modernizar.

¿Cómo apostar por un modelo de recuperación sostenible?

América Latina es el 50% de la biodiversidad del mundo. Eso que nos preocupa tanto porque desaparece, pues el 50% está allí. Y tiene uno de los dos grandes pulmones del planeta: la selva amazónica.Y tiene unas extensiones de tierra que no están ocupadas por el ser humano, y que son reservas a la naturaleza. Por tanto, es un cóctel de oportunidades y de problemas de tipo ambiental y climático. Y sé perfectamente, no es un secreto, que la ratificación en particular el acuerdo sobre el Mercosur está pendiente de acabar de afinar las preocupaciones y las políticas ambientales.

Pero hemos de preguntarnos como garantizamos mejor una política climática, una política ambiental, una defensa de la biodiversidad, la lucha contra la deforestación. ¿Cómo lo defendemos mejor? ¿Con un acuerdo o sin acuerdo? ¿Cuáles son los instrumentos de los que nos dotamos a través de un acuerdo que nos permite compartir esfuerzos y ofrecer oportunidades mutuas?

Creo que sería muy malo para las relaciones entre Europa y América Latina si no fuésemos capaces de llegar hasta el final. Todo eso tiene que ser objeto de un acuerdo complementario o de poner más de manifiesto los aspectos positivos de lo alcanzado.

Y finalmente hemos de tener muy en cuenta la situación de estos países. No solamente verlo desde el prisma europeo. Ellos también tienen exigencias que plantearnos y necesidades que satisfacer. Hay mucha gente que vive en la pobreza energética. Hay mil millones de personas que nunca han visto una luz eléctrica. Y muchos de ellos viven en América Latina.

Por lo tanto, hemos de situar en coordenadas de alguna realidad que es distinta de la nuestra, y tomar en cuenta las exigencias de un desarrollo que tiene que ser sostenible, pero que tiene que ser desarrollo.

Eso no significa disminuir los niveles de compromiso con la reducción de las emisiones, sino hacerlo de una manera justa. Y eso será uno de los temas que habrá que seguir discutiendo, porque creo que no nos podemos permitir que 20 años de negociaciones acaben en un nuevo fracaso.

¿Habrá Cumbre bi-regional próximamente?

Espero que sí. Tiene sentido solamente si impulsamos e insisto, hay tres hitos fundamentales de acuerdo: con Chile, que fue el primero que se firmó, o de los primeros que se firmó. Ha dado un resultado extraordinariamente positivo. Ha aumentado nuestras relaciones comerciales y de inversión mucho, ha fortalecido nuestros vínculos. Pero hay que ponerlo al día, modernizarlo.

También el acuerdo con México ha dado muy buen resultado. Hemos de ponerlo al día. Ahí los acuerdos están prácticamente terminados.

Y luego finalmente, el más difícil, el más amplio, el novedoso, porque no se firmó nunca, es el acuerdo con Mercosur, donde hemos tenido que superar reflejos proteccionistas por parte de Europa y por parte también de América Latina. La negociación ha sido difícil. Se acabó el año pasado. Ahora hemos de proceder a ratificarlos. Quiere decir pasar por todos los parlamentos nacionales e incluso regionales. Y también en el Parlamento Europeo. Y que hemos de resolver, insisto, a través de un diálogo reforzado entre las partes, que tienen que comprometerse en buscar juntos una vía que propicie el desarrollo económico sostenible y justo. Y eso lo podemos hacer mucho mejor juntos.